Ciencia España , Salamanca, Jueves, 25 de mayo de 2006 a las 21:02

La Física de lo pequeño se hace grande en Salamanca

El premio Nobel Gerardus't Hooft será investido mañana viernes doctor 'honoris causa' en reconocimiento a sus trabajos sobre la mecánica cuántica

AVPR/DICYT El físico holandés Gerardus’t Hooft recorrerá mañana el edificio de las Escuelas Mayores de la Universidad de Salamanca con los atributos (birrete, muceta y anillo), que le identificarán, a partir de ese momento, como miembro distinguido del clautro de profesores salmantino, al recibir el título de doctor honoris causa por la institución académica. Un reconocimiento propuesto por los miembros del Instituto de Estudios de Física Fundamental y Matemáticas en 2005 como parte de los actos conmemorativos del Año Internacional de la Física por sus estudios sobre partículas minúsculas que contribuyen a desentrañar las leyes de la mecánica cuántica, y que Hooft acepta emocionado, porque según dice, "me lo otorga una Universidad tan antigua como la propia Ciencia".

Precisamente fue otro premio, el Nobel de Física de 1999, el que le ha permitido trabajar en lo que realmente quiere y tal y cómo el concibe que debe desarrollarse la investigación. "Siempre me he interesado por aquellos aspectos de la Física que no llamaban la atención de otros colegas, me ha gustado ir contra corriente. De ahí que en estos momentos me haya centrado en encontrar un entorno teórico más intuitivo que explique las reglas de la mecánica cuántica". Casi desde el inicio de su carrera Hooft se ha dedicado a esta parte de la Física en la que se explora el universo de lo muy pequeño: el comportamiento de partículas minúsculas, ni siquiera llegan a completar un átomo, y cuyo movimiento impide a los investigadores descifrar la posición y el momento de las mismas.

Apasionado con su trabajo Gerardus’t Hooft siempre ha intentado que las soluciones a los problemas que le planteaba la Física tuviesen un enfoque original. "Sé que muchos de mis colegas piensan que estoy abocado al fracaso, y reconozco que será muy difícil que un científico planteé avances tan importantes como los registrados en el siglo pasado, pero la Ciencia y la Tecnología aún se reservan algunas sorpresas: un buen ejemplo lo encontramos en Internet. ¿Quién hubiese sido capaz de predecir semejante desarrollo?"

Quizás sea ese espíritu rebelde el que le lleva a plantearse la idoneidad de una de las teorías más respaldadas en la Física actual: la Teoría de las Supercuerdas, que define metafóricamente el universo como un todo formado por multitud de cuerdas vibrantes supersimétricas, a través de la que se explica el comportamiento de todas las partículas subatómicas y de la mayor parte de las fuerzas de la naturaleza, pero en la que por el momento no tienen cabida la gravedad. "Creo que la Teoría de las Supercuerdas no es lo suficientemente potente para unificar la gravedad a otras interacciones, por eso hay que seguir buscando. ¿Qué hay de malo en hacerlo por otro camino?"