Alimentación España , León, Viernes, 13 de abril de 2007 a las 16:09

Un experto asegura que la población de lobos ibéricos en Castilla y León se mantiene estable en torno al millar de ejemplares

Desde el último censo realizado en 2001 y a pesar de la incesante persecución del hombre como principal amenaza a la que se enfrentan

MJF/DICYT El biólogo y experto en Ecología y conservación del lobo ibérico, Juan Carlos Blanco, participa esta tarde en I Curso de Carnívoros Ibéricos, que se celebra hasta el próximo domingo en la Facultad de Veterinaria de León. A lo largo de su intervención, según ha adelantado a DICYT, el especialista expondrá algunos de los resultados de los últimos estudios realizados sobre el uso del espacio y estructura social de esta especie, cuya población en Castilla y León se mantiene estable en torno al millar de ejemplares distribuidos en 150 manadas desde el último censo realizado en 2001.

Juan Carlos Blanco, que colabora en la elaboración de estudios con distintos organismos como el Ministerio de Medio Ambiente, destaca las conclusiones extraídas tras desarrollar una investigación sobre el asentamiento del lobo ibérico en zonas cerealísticas de Castilla y León mediante la colocación de transmisores en 16 de ellos. Según indica, el debate científico al respecto surge entre la hipótesis de que este nuevo hábitat modifica y desmantela la estructura social de esta especie y la que apunta a que su capacidad de adaptación evita ese trastorno.

Los resultados de este estudio han constadado, asegura el especialista, que el lobo ibérico, que en estos nuevos espacios se alimenta principalmente de carroña y no de caza, mantiene las mismas características y comportamiento y realiza un comportamiento social similar.

Otro de los estudios en los que ha participado este especialista se ha centrado en la dispersión de los machos en búsqueda de su independencia y formación de una nueva manada tras un periodo medio de dos años tras su nacimiento. Esta investigación se realizó con un total de nueve ejemplares en dos zonas diferentes de la región, al Norte y al Sur del Duero. Los resultados obtenidos apuntan que en el primer caso, debido a una mayor saturación de la población, los lobos machos tardan más de un año en asentarse y crear su manada, mientras que al Sur del río el periodo se reduce a tan sólo un mes.

En cuanto a las principales amenazas a las que se enfrenta este cánido, el especialista señala por encima de las demás a la persecución que todavía hoy en día ejerce el hombre sobre esta especie como consecuencia de los ataques a sus ganados. La solución, a juicio del experto, pasa por la zonificacion o gestión diferencial de zonas, como la que recoge el nuevo plan de gestión del lobo ibérico que prepara la Junta de Castilla y León, según señala.

En este sentido, Juan Carlos Blanco señala que el lobo ataca principalmente al ganado poco protegido y concentra su acción en el Suroeste de Castilla y León en las dehesas de provincias como Ávila y Salamanca, mientras que al Sureste su efecto es menor, por lo que la gestión debe ser diferenciada.
Otra gran amenaza a la que se enfrenta el lobo ibérico es la progresiva expansión urbanística que unido a otra serie de factores hacen que “el reto de conservación de esta especie sea encontrar un equilibrio entre la supervivencia de los lobos y los sistemas ganaderos”.